Te invitamos a recorrer los relatos fotográficos que forman parte del primer archivo virtual del Museo Histórico Nacional, de carácter público y colaborativo, que dan testimonio a lo vivido en tiempos de cuarentena.
Estar en primera línea es agotador, desgastador, pero dentro de todo nos da la oportunidad de compartir con otros, las 2 semanas en la casa se hacen eterna, entre clases virtuales de los hijos y el aprender a vivir entre 4 paredes y el roce que esto genera.....imagino aquellos que viven en condiciones de hacinamiento.....que triste debe ser.
En la parte alta de mi closet, en lo que llaman maletero pero donde nunca hay una maleta sino aquello que uno guarda a la espera de volver a usar algún día que nunca llega...
Es viernes por la noche en Av. Chacabuco y por donde habitualmente circulaban cientos de personas, hoy en pandemia solo se logra apreciar a transeúntes junto a sus mascotas...
Mi nombre es Isabel Guajardo González, tengo 73 años, fui funcionaria municipal, de la Municipalidad de Santiago, después cumplido los 60 años, fui a trabajar con una abogada de la misma Municipalidad y actualmente desde hace casi 3 años trabajo en el Club de Leones de la Florida, en el área administrativa.
Niños en cuarentena. Testimonio de 4 niños de diferentes edades. 1 casa, 4 mundos diferentes.
En la parte alta de mi closet, en lo que llaman maletero pero donde nunca hay una maleta sino aquello que uno guarda a la espera de volver a usar algún día que nunca llega...
Me estoy ahogando, Me ahogo en mi encarcelamiento, En mi propia soledad, En el aislamiento. Me asfixio en mis clases, En el cansancio y aburrimiento, Pues ya no son presenciales...
Es viernes por la noche en Av. Chacabuco y por donde habitualmente circulaban cientos de personas, hoy en pandemia solo se logra apreciar a transeúntes junto a sus mascotas...
"Son raros estos tiempos de pandemia, están llenos de incertidumbres, miedos y fantasmas".
Mi papá murió buscando pega. Desde noviembre del año pasado se encontraba cesante. La obra donde trabajaba paralizó su faena como consecuencia del estallido social. Desde Coihueco regresó a Santiago, sosteniendo a su familia con la indemnización recibida. También realizó algunos “pololos” gracias al contacto de familiares y conocidos.